“Escribir es servidumbre y gozo”,
Mario Vargas Llosa.
Diario
Todos somos navegantes. La vida, en general, es la mar donde capeamos galernas y mar llana a diario. En sus múltiples facetas. Personal. Laboral. Ocio. Un triángulo, más o menos equidistante, donde nos desenvolvemos, con diversa soltura.
Hoy, dispuesto a plasmar acontecimientos, pensamientos y opiniones, abro mi particular “diario de navegación” o “cuaderno de bitácora”.
Sin grandes pretensiones. Tan solo mostrar el amor a la palabra del antaño vate en ciernes. Periodista siempre. Mercenario de palabras ajenas. Escritor en la intimidad de un folio en blanco y un portátil.
Abro este cuaderno de bitácora en un mundo plagado de tanta información, en el que resulta tan sencillo manipular y desinformar. Es, sencillamente, mi particular “cuaderno” en esta singular “bitácora” de mi página web. La que fuera antaño caja o armario, con su aguja de marear, ha trasmutado en un mar de internet cargado también de tormentas, marejadillas, calma chicha y mil y una vicisitudes.
Leerás, si así te apetece, sobre cómo discurre una navegación concreta. Ni mejor, ni peor. La mía. Paralela a veces a algunas. A contracorriente otras. No todo está escrito. Ni dicho. Ni navegado. Ni acertado. Ni fallado. Está. Ahí. Y aunque parezca que no hay nada nuevo bajo el sol, cada matiz es único. Cada palabra, subordinada o no a la siguiente, transmuta en visión concreta.
Comienza la singladura. Allá vamos, cargados, cada uno, con nuestros morrales concretos.